¡Buen Domingo mis queridos lectores!
Tenemos un día súper bonito en Bogotá y quería aprovechar la buena onda del fin de semana para retomar los posteos sobre mi viaje a Europa y contarles la segunda parte de mi parada por Budapest. Ya ha pasado casi un año desde el viaje y no puedo sacarme de la cabeza todos los lugares que aún no les he compartido.
La ciudad es un lugar increíble que necesita varios días para poder disfrutarla por completo. Para los que leyeron la entrada anterior recordarán que debido a la unión de Buda y Pest la capital de Hungria ofrece una parada con una oferta de dos ciudades en una lo cual la hace un must en cualquier Eurotrip.
Pest es la parte más oriental y grande de la ciudad, es un poco más moderna que Buda y está llena de lugares interesantes. Buenos restaurantes, lugares nocturnos, balnearios (baños turcos), el zoológico, el Castillo de Vajdahunyad, la plaza de los héroes, el Parlamento, la Basílica de San Esteban, entre otros imperdibles.
Por la amplitud de esta parte de la ciudad es necesario usar el transporte público, el metro, mi recomendación. La ciudad tiene un sistema de boletos unificados así que no es necesario escoger solo un medio de transporte para moverse por ella. Ya que los boletos no son tan económicos, cuestan más de un euro por trayecto, lo mejor estrazar una ruta que pueda hacerse caminando y gozar del metro para las grandes distancias.
Visitar la ciudad en vísperas de navidad fue una excelente opción ya que las ferias navideñas son una muy buena opción para probar la comida típica, vivir las tradiciones y comprar recuerdos. La calidez de la época hace olvidar el invierno y vivir lo mejor de las fiestas.
Fun Fact: El vino de Budapest es lo único que no les recomiendo de la ciudad.
Les escribo pronto 🙂
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